lunes, 7 de octubre de 2013

Donde mandan las amapolas y los yacarés

Mientras la ruta va ingresando en el corazón de la provincia de Corrientes en dirección a Colonia Carlos Pellegrini, el paisaje que asoma a través de las ventanillas de la camioneta sufre un cambio rotundo: el entorno árido, pintado de tonos ocres y salpicado cada tanto por alguna casita de paredes de adobe, va mutando hacia los verdes cada vez más intensos, hasta que, en medio de la nada, un cartel anuncia la llegada a los Esteros del Iberá, un estallido de color, naturaleza y vida silvestre.



En primer lugar aparecen unas palmeras, más adelante se deja observar algún carpincho asoleándose al costado del camino y varias bandadas de pájaros. De pronto, son millones de palmeras, familias enteras de carpinchos, chajás, yacarés, una infinidad de especies de pájaros que surcan el cielo y el agua que lo cubre todo y brilla furiosamente bajo el sol, tal como reza su nombre en guaraní: Iberá, que significa “aguas brillantes”. Parece un fascinante retorno al Jardín del Edén.


Con 1.300.000 hectáreas (ocupa el 14 por ciento del territorio de la provincia de Corrientes), la Reserva Natural Iberá es el segundo humedal más grande de Sudamérica después del Pantanal (en el sur de Brasil) y una de las reservas de agua más extensas del planeta. También se trata de un conjunto gigantesco de esteros, pantanos, arroyos, lagunas y cañadas, hogar de infinidad de especies animales, insectos, aves y plantas acuáticas y terrestres. Decididamente, el visitante puede considerar que acaba de llegar casi al Edén.

Un viejo puente Bayley atraviesa la laguna Iberá y permite cruzar a Colonia Carlos Pellegrini. Declarada “Villa ecológica”, se trata del mejor lugar para hacer base en la zona (la otra opción es Mercedes, la ciudad más cercana, que queda a 120 kilómetros). Pellegrini es un pueblo tan pequeño como encantador, que conserva sus calles de arena y ranchos de adobe. La gente suele caminar descalza y tomar mate con chipá en la puerta de las casas.

Los turistas cuentan con posadas decoradas por galerías con hamacas paraguayas y un paisaje maravilloso de laguna y puro cielo. Muchos hoteles y posadas ofrecen programas “todo incluido”, que comprenden alojamiento, comidas y excursiones. Es imperdible el atardecer observado desde el puente, mientras las luciérnagas comienzan a brillar en la laguna y el sol se oculta en el horizonte infinito.

Perfume y color

Carlos Pellegrini está rodeado por la laguna Iberá, una de las más grandes entre las más de 60 que integran la reserva, como Luna, Valle, Fernández, Medina, Galarza y Disparo. Las aguas que recorren los esteros están cubiertas por una explosión de irupés y camalotes, lirios, amapolas de agua bien amarillas, lentejas y repollitos. Son característicos los embalsados, una especie de costa flotante que se forma sobre los camalotes, en los que se depositan capas de tierra arrastradas por el viento y el agua. Encima crecen distintas especies de plantas y hasta árboles. Cada tanto un pedazo de estas costas se desprende, formando islotes que viajan a la deriva trasladando su propia fauna. Con suerte los guías encuentran algún camalote bien firme, como para invitar a los visitantes a pisarlo y hasta dar unos pasos.

En la reserva conviven cuatro especies de fauna, declaradas “Monumento natural provincial”: lobito de río, aguará guazú, venado de las pampas y ciervo de los pantanos. También es posible cruzarse con carpinchos, monos carayás o aulladores, gatos de los pajonales, zorros grises, armadillos negros, boas curiyú, víboras de coral y yararás, además de infinidad de insectos y peces, 350 especies diferentes de aves y las mariposas más espectaculares.

Los yacarés son un capítulo aparte: un imán para las cámaras fotográficas, acaparan por igual la atracción y el pavor de los viajeros, con sus ojos de hielo y su enorme boca. El más común es el negro de hocico angosto –de hasta tres metros de largo–, pero también suele verse un yacaré ñato u overo, con la cara más grande. Toman sol sobre los embalsados y se desplazan por todas las lagunas. Al acercarse la lancha, siempre y cuando no haga ruido, el yacaré se queda totalmente inmóvil y hasta elige un blanco donde fijar durante segundos eternos su estremecedora mirada. Luego, como si tal cosa, simplemente se desliza hasta desaparecer en el agua.

La mejor época para visitar los Esteros del Iberá es de mayo a noviembre, con temperaturas cálidas durante el día y frescas a la noche, bien diferente del sofocante calor y las lluvias del verano. Se recomienda salir de excursión equipados con botas de goma, protector solar y, sobre todo, repelente para insectos.

En voz baja

Emprendemos la primera travesía muy temprano a la mañana, de la mano de un experto que, como tantos otros, alguna vez fue mariscador (cazador furtivo) y después se recicló como guardaparques o guía de turismo.

La primera estación es el Centro de Interpretación, en Carlos Pellegrini. Desde allí, un sendero permite llegar hasta el hábitat de los monos carayá, que andan saltando entre los árboles. En cambio, en el Sendero del Cerrito se observan corzuelas pardas, gatos monteses y ciervos de la costa. De aquí zarpan las lanchas para recorrer los esteros.

En medio de la navegación por la laguna, los experimentados baquianos suelen apagar el motor de la embarcación y seguir avanzando con un botador, con el propósito de no perturbar a los animales y acercarse a ellos lo máximo posible. Lo más indicado es hablar apenas lo necesario y en voz baja. La fauna es abundante y parece muy acostumbrada a la presencia humana.

Así recorremos el río Miriñay, con sus palmeras y lapachos, el arroyo Corriente –paraíso de embalsados y una de las zonas con más concentración de animales–, la costa de arena de la laguna Iberá con sus aguas transparentes y la bahía de Lobo Cuá, elegida por muchas aves para poner sus nidos. Todos los canales se pueden recorrer también en piragua o kayak, a través de safaris en 4x4, a caballo y en travesías especiales para observar aves y practicar turismo aventura.

Es imperdible la expedición a los esteros y el bosque de Cambá Trapo, que se puede combinar con un día de campo para conocer la vida y costumbres de los gauchos correntinos. También se organizan travesías nocturnas, una experiencia llena de misterio, matizada por los sonidos y perfumes de la naturaleza.

En la oscuridad sólo se dejan ver las vizcachas, los zorros, algún que otro tatú o mulita, mariposas y aves nocturnas. Una linterna ilumina el agua y decenas de ojos colorados brillan en la oscuridad: los yacarés están a punto de salir de caza. Llegó la hora de regresar.




MINIGUIA

COMO LLEGAR. Desde Buenos Aires hasta Colonia Carlos Pellegrini son 814 km por ruta 9 (Panamericana ramal Escobar), Zárate-Brazo Largo y rutas 12 hasta Ceibas, 14 hasta Cuatro Bocas, 119 hasta Mercedes y 40 (30 km asfaltados más 90 km de tierra).
Aerolíneas Argentinas vuela sin escalas de Aeroparque a Posadas; ida y vuelta con impuestos, $ 1.316. Camioneta (210 km; tarda tres horas), $ 1.450 sólo la ida.
Micro semicama de empresa Flechabus desde Retiro hasta Mercedes (9 horas), $ 339 ida; coche cama, $ 364; cama ejecutivo, $ 387.
Camioneta privada de Mercedes a Pellegrini, $ 800 ida para 4 pasajeros; Rayo Bus, $ 100 por persona.

DONDE ALOJARSE. A orillas de la laguna Iberá, Posada Aguapé: la habitación doble con desayuno cuesta $ 864; habitación Rústica Laguna, $ 745; tres días y dos noches con pensión completa y excursiones, $ 4.968 en habitación doble (www.iberaesteros.com.ar).

ATENCION. Si llueve, es conveniente no transitar el tramo de tierra de 90 km de la ruta 40 sin doble tracción.
No hay señal de celular en la ruta 40 entre Mercedes y Colonia Carlos Pellegrini, ni tampoco estación de servicio en Pellegrini.
Se recomienda llevar ropa liviana para las excursiones, campera de lluvia y de abrigo, botas impermeables, repelente para mosquitos, protector solar y para labios, gorra, linterna y prismáticos.




INFORMACION

Casa de Corrientes en Bs. As.: San Martín 333, 4° piso, tel. 4394-9490/7418/2808.
En Corrientes capital, (03783) 427-200/474-702.
corrientesturismo@gigared.com / www.corrientes.gov.ar

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