Bajo el eterno rugido del viento, mesetas de altura sembradas de pequeñas lagunas, conos volcánicos de colores increíbles, humedales en valles de origen glacial, grandes lagos y cañadones que son fuente de vida dan forma a paisajes que enamoran. Te invitamos a conocerlos. Bajo el eterno rugido del viento, mesetas de altura sembradas de pequeñas lagunas, conos volcánicos de colores increíbles, humedales en valles de origen glacial, grandes lagos y cañadones que son fuente de vida dan forma a paisajes que enamoran. Te invitamos a conocerlos.
En el noroeste de la provincia de Santa Cruz, todo –la aridez, el viento, el sol, el silencio, la estepa– es desmesurado. Tanto como la riqueza arqueológica, que ofrece valores históricos y culturales únicos (liderados por los del Parque Provincial Cueva de las Manos, con pinturas rupestres de más de 9.000 años de antigüedad), rutas escénicas como la 41 y espacios donde se desarrollan trabajos activos de preservación de fauna.
En 2014, la Administración de Parques Nacionales incorporó con la creación de esta área protegida, el PN Patagonia, un tipo de ambiente que hasta entonces no se encontraba representado entre los que se preservan: las mesetas de altura.
Si bien la historia productiva de la provincia estuvo
basada en la cría de ovejas, en las últimas décadas muchas estancias se han
despoblado por las consecuencias de la erupción de volcanes, la acumulación de
cenizas y la pérdida de productividad de los suelos. Por eso se procura
impulsar los servicios vinculados al turismo sustentable, que van desde
proyectos de emprendimientos de avistajes de pumas hasta alojamiento,
gastronomía y venta de productos con denominación de origen.