AZAFRÁN (BODEGA VISTALBA)
De la ciudad al viñedo
El restaurante clásico del centro de Mendoza se instaló
en la a fines de octubre, en la poscuarentena del 2020. Las bodegas, que eran
un destino cool, sumaron el atributo de la seguridad gracias al combo aire
libre, espacios abiertos y naturaleza a la vista. En este contexto, Azafrán
desembarcó en un nuevo escenario con su concepto de siempre y una experiencia
dinámica exclusiva: el almuerzo itinerante de seis pasos.
La idea surgió para fusionar el restaurante y la bodega
y, de paso, ponerles algo de encanto a los protocolos del check-in y la
declaración jurada. Comienza en el lobby o wine bar, con un snack y un
Sauvignon Blanc. Los siguientes dos pasos nos alcanzan en la viña –esta semana,
un alfajor de algarroba relleno con mousse de queso de cabra y ruibarbo con
hojas de mostaza con una copa de Tomero Cabernet Sauvignon–, y luego en la
cava, durante el recorrido guiado por los equipos de Turismo de la bodega. Bajamos
cinco metros a buscar directamente de la barrica un bivarietal Malbec-Cabernet
Franc creado para esta experiencia, caminando entre los muros de piedra,
concreto y hierro de esta joya arquitectónica diseñada por los arquitectos
Bormida & Yanzón. Los últimos pasos –un snack, el plato principal y el
postre– llegan a una mesa en el salón.